sábado, 9 de abril de 2011

LA FORMA DE MIRAR

Los actos hablan más que las palabras. Cuando un hombre y una mujer desconocidos se encuentran, utilizan el gesto y la mirada para explorar su atracción mutua.
Las palabras que se intercambian en una primera reunión o en un encuentro casual pueden no ser más que conversación convencional, pero cuando una pareja se siente atraída sexualmente utilizará automáticamente el lenguaje silencioso del cuerpo para comunicarse su interés. Probablemente comenzarán en un intercambio de miradas, ya que la comunicacón visual es la manera más simple de enviar señales a través de una habitación concurrida. Retener la mirada de otra persona un poco más de lo corriente puede ser recibido como un claro mensaje.
El modo de disponer su cuerpo es también muy revelador. Una pareja que siente atracción mutua, tratará de separarse del grupo, mirándose cara a cara y creando un máximo de intimidad.
Por eso, ¡cuídate de la forma como miras y dispones tu cuerpo, porque podrías estar mandando mensajes a quien menos lo piensas!

Ten mucho cuidado con lo que subes a internet (FACEBOOK)




EL PERRO FIEL

Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudieron tener hijos.
Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo.
El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán. El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de 7 años de tener al perro la pareja logro tener el niño tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe; ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante 7 años.
Un día la pareja dejó al bebé plácidamente dormido en la cuna y fueron a la terraza a preparar una  carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.
El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma que llevaba y en el acto mató al perro; corre al cuarto del bebé  y encuentra una gran serpiente degollada. El dueño comienza a llorar y a exclamar: “¡HE MATADO A MI PERRO FIEL!”.
Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las persona; lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento,  cuáles son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son tan malas  como parecen, sino, todo lo contrario.
La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel; así aprenderemos  a no levantar falsos contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás.